lunes, 30 de marzo de 2015

¡Urgente: Trastorno Depresivo en Cali!

Como no hablar de este trastorno mental, que aunque no lo crean, es muy común en nuestro medio y en nuestro país. Siempre pensamos que son situaciones que no nos pasaran a nosotros, pero la realidad es que todos podemos estar en riesgo de sufrir cualquier trastorno mental, incluyendo la depresión. Los médicos generales son el primer filtro para reconocer y diagnosticar estos casos; por lo tanto, hay que formar buenos médicos para disminuir o eliminar el subregistro de casos que existe actualmente. Para evitar esta situación, necesitamos de un método de tamizaje que consista en una escala breve, autoaplicable, válida, confiable y de bajo costo; y una vez reconocida la enfermedad, empezar a tratarla. Sin embargo, para concientizar no sólo a los médicos, sino a todas las personas de la gran incidencia y prevalencia de la depresión, revisaremos el artículo “Prevalencia de trastornos mentales en una población que demanda servicios de salud en una IPS de baja complejidad y su asociación con la ideación suicida y la discapacidad percibida”. Es un articulo realizado en una institución prestadora de servicios de salud de baja complejidad en la ciudad de Cali y que busca conocer cuáles son los trastornos mentales más frecuentes y el impacto en la percepción de discapacidad e ideación suicida, con el propósito de priorizar y desarrollar inter­venciones efectivas que respondan tanto a los problemas más frecuentes como a los de mayor impacto en la carga de la enfermedad.


Se decidió realizar este artículo, por la alta prevalencia de las enfermedades mentales, ya que en Colombia 4 de cada 10 personas ha presentado algún trastorno mental. Además, porque se ha visto que en los servicios de baja complejidad los problemas más frecuentes son el trastorno depresivo, el de ansiedad, el trastorno de somatización, las fobias, trastorno de pánico y el alcoholismo, y en Colombia todavía no hay un estudio que documente esta información. Adicionalmente, se ha visto que existen algunos factores de riesgo para la aparición de estos trastornos como el sexo femenino, vivir solo, ser desempleado, tener entre 20-40 años y tener bajos ingresos. La discapacidad asociada a trastornos mentales, se entiende como una disminución de las capacida­des intelectuales, académicas y laborales, dificultad en la toma de decisiones, en la comunica­ción, en las relaciones interpersonales, falta de control de impulsos y alteraciones psicomotoras.

En cuanto a la metodología, se realizó un estudio transversal mediante una encuesta aplicada a to­dos los pacientes mayores de 15 años atendidos entre Enero y Diciembre de 2007, y diagnosticados por pri­mera vez con algún trastorno mental. Participaron 254 pacientes a los que se les aplicó el instrumento prime-md, este instrumento tiene una sensibilidad del 75% y especificidad del 90%. Se excluyeron de este estudio los pacientes con los siguientes diagnósticos: enfermedad mental severa, trastorno severo de la perso­nalidad y trastorno por abuso de sustancias psicoactivas.

Dentro de los resultados, encontraron que la mayoría (77,5%) de los pacientes eran del sexo femenino y que la mitad de los pacientes tenían menos de 38 años. El trastorno mental de mayor prevalencia fue el síndrome depresivo presentándose en 66.8% de los pacientes. Dentro de este síndrome, el trastorno depresivo mayor (TDM) se presentó en más de 1/3 de los casos. El trastorno de ansiedad (sin incluir trastorno de pánico) estuvo presente casi en la mitad de los casos y se diagnosticó posible trastorno de somatización (TS) en casi 2/3 de los pacientes.

La figura 1 (abajo) muestra que en la medida que aumenta la edad, se incre­menta la severidad de la depresión, esto se evi­dencia con la mayor prevalencia del TDM en adultos ma­yores, mientras otros trastornos depresivos (OTD) disminuyeron con la edad, siendo éste el trastorno más prevalente entre los adolescentes. Por otra parte, el trastorno de ansiedad y el TS no mostraron diferencias estadísticamente significativas relacionadas con el ciclo vital. 


Casi la mitad de los pacientes habían tenido ideas suicidas alguna vez en la vida y 3 de cada 4 refirieron algún tipo de discapacidad, de los cuales 13,0% consideró dicha discapacidad como muy severa, 33,9% como mo­derada, 28,1% como leve y solo 25.0% no reportó esta percepción. 

En conclusión, la depresión y la ansiedad son los trastornos más frecuentes y tienen una alta asociación con la ideación suicida y la discapacidad y es por esto necesario realizar tamizaciones en la atención del adulto en servicios de baja complejidad.

Si quieres leer el artículo completo puedes ingresar al siguiente link: http://www.redalyc.org/pdf/120/12023918003.pdf



domingo, 29 de marzo de 2015

¿Realmente tengo una fobia?

¡Las fobias! Muy conocidas por la población general, aquellos famosos miedos a algo, puede ser a las arañas (aracnofobia), a viajar en aviones (aerofobia), a los espacios cerrados (claustrofobia), incluso a las situaciones sociales (fobia social). Pero, ¿en realidad sabemos lo suficiente de ellas? Muchas veces se usa la palabra “Fobia” como lenguaje cotidiano, “le tengo fobia a las cucarachas” “le tengo fobia a las alturas”; al parecer si tenemos una idea general de lo que es una fobia; sin embargo, aquí vamos a entender de forma clara todo lo relacionado con este tema.



Las fobias no son un trastorno extraño, de hecho, es muy común; siendo las mujeres las que tienen una mayor incidencia. Aunque no lo crean, una fobia es un trastorno psiquiátrico, y a pesar de no considerarse grave, si pueden generar una repercusión negativa en la vida diaria. Como todo diagnóstico mental, se encuentra en el DSM-V y se define como “un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos”. Pertenece a los Trastornos de ansiedad y se clasifica en: 
  • Fobias específicas: Ansiedad excesiva a ciertos objetos 
    • Tipo animal: Ansiedad hacia animales o insectos.
    • Ambiental: Ansiedad hacia situaciones propias del entorno natural o fenómenos climáticos.
    • Sangre-inyecciones-daño: Ansiedad hacia la sangre, inyecciones o cirugía.
    • Situacional: Ansiedad hacia situaciones como viajar en avión o estar en un lugar cerrado
    • Otros
  • Fobias sociales: Temor o ansiedad extrema en situaciones sociales como hablar con desconocidos o estar con mucha gente. 
La fobia específica es la más común y por lo tanto, nos vamos a enfocar en ese tipo de fobia. Para considerar que alguien tiene una fobia específica tiene que cumplir los siguientes criterios diagnósticos propuestos por el DSM-V:

A. Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (p. ej., volar, alturas, animales, administración de una inyección, ver sangre).

B. El objeto o la situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.

C. El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o ansiedad intensa.

D. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantea el objeto o situación específica y al contexto sociocultural.

E. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.

F. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

G. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental.

¿Causas?

Las causas de las fobias no siempre están claras y en ocasiones puede no existir una única causa para explicarlas. Muchas fobias pueden tener su origen en la infancia, la persona pudo experimentar un suceso traumático y después asociarlo como el objeto que genera temor. Todos los niños experimentan miedos y temores infantiles adaptativos que van remitiendo con el paso del tiempo, pero lo que ocurre en las fobias es que estos miedos se mantienen e incluso incrementan. Esta asociación es directa cuando el elemento fóbico causa el temor en la persona a consecuencia de un suceso (por ejemplo, un niño es mordido por un perro y tras ese hecho, desarrolla la fobia a los perros); y es indirecta cuando la persona tras un suceso traumático con un elemento concreto, lo desplaza a otros. Los factores genéticos y ambientales también pueden favorecer la aparición de la fobia.

¿Tratamiento?

Una fobia no suele desaparecer por sí sola, por eso es importante buscar ayuda. Existen diversos tratamientos entre los cuales están: 
  • Psicoterapia: Este tratamiento consiste en hacer que el paciente comprenda las causas de su fobia y adquiera técnicas para reducir la ansiedad ante el estímulo fóbico. Estas técnicas son de relajación y respiración.
  • Terapias conductuales: Usa la técnica de exposición que trata que la persona se vaya enfrontando de manera gradual y progresiva, al estímulo fóbico. De esta manera, se intenta que se vaya ejerciendo control sobre la ansiedad. También usa la técnica de la desensibilización sistemática, que consiste primero en ir exponiendo a la persona, de forma imaginaria, a los estímulos que producen la fobia, hasta que su nivel de ansiedad se reduce; posteriormente, se realiza el mismo ejercicio ante situaciones reales. Ambas técnicas necesitan de un listado de temores y una jerarquía de escenas ansiógenas de menor a mayor intensidad para poder comenzar a trabajar la fobia desde los elementos menos temidos hasta los que mayor nivel de ansiedad generan.
  • Terapia cognitiva: Busca información sobre el estímulo temido y se intentan detectar los pensamientos que interfieren y afectan sobre él para poder así modificarlos por otros.
  • Tratamiento farmacológico: Nunca debe ser el único tratamiento y debe complementarse con la terapia.
¿Realmente tengo una fobia?

Para saberlo no sólo tengo que conocer los criterios para diagnosticarla, sino que también tengo que saber la diferencia entre fobia y miedo. Una fobia es una exageración de una experiencia que es común para las demás personas. El miedo es una emoción básica, necesaria para mantenernos vivos, puesto que nos alerta para protegernos de situaciones de peligro real o imaginario (por ejemplo, al ver una película de terror); a diferencia de la fobia, que hace referencia a un “hipotético” peligro interno, irracional, intenso e incontrolable, que no protege, sino que limita.

Por lo tanto, el miedo se trata de una emoción indispensable para la supervivencia; en cambio, las fobias son un trastorno que no tiene ninguna ventaja, sino que genera muchos daños. En ocasiones puede ser difícil diferenciar un miedo de una fobia pero la mayor diferencia radica en que ésta última es irracional, incontrolable y limitante.

lunes, 23 de marzo de 2015

¿Dónde quedaron los hombres? – Anorexia Nerviosa


A lo largo de nuestras vidas hemos escuchado mucho sobre esta famosísima enfermedad. Yo creo que muchos de nosotros, si no somos todos, conocemos alguna persona que sufre o sufrió de esta patología, ya sea una compañera, amiga, familiar o incluso hasta famosas han salido a contar su historia. Pero, ¿Es una enfermedad exclusivamente de mujeres? La realidad es que no. El problema radica en que nos olvidamos de los hombres; y el hecho de pensar que la mayoría de las víctimas son mujeres, ha contribuido a invisibilizar a la minoría masculina que padece los mismos problemas. El objetivo de esta entrada es dar una idea general de cómo es la anorexia masculina y aprender que ésta tiene sus particularidades. 

Se estima que 10% de las personas que padecen anorexia son hombres; sin embargo, es posible que este número sea mayor debido a que los hombres no son diagnosticados con frecuencia, ni acuden a valoración por un médico tan pronto como las mujeres; es decir, existe un subregistro que no permite tener con certeza las verdaderas estadísticas de la enfermedad. 

La anorexia en los hombres se presenta con los mismos síntomas clásicos como la pérdida de apetito, la pérdida de peso y el comportamiento obsesivo respecto a la comida; sin embargo, se diferencian en lo siguiente: ellos tienen una mayor tendencia a mantener el problema oculto por mucho más tiempo, por lo tanto, al momento de detectarlo, ya se encuentra muy avanzado; una teoría de por qué ocurre esto es que los hombres con anorexia temen que se dude de su sexualidad si refieren que tienen un trastorno de alimentación y por consiguiente, lo esconden. Otra diferencia importante radica en que ellos se preocupan más por la forma del cuerpo y no tanto por el peso, razón por la cual, es poco común que ellos se sometan a dietas extremas; en lugar de eso, es más frecuente que se obsesionen y hagan ejercicio en exceso. Estas diferencias se vieron en una investigación de la Universidad de Montreal, que examinó 24 estudios elaborados a lo largo de 15 años sobre las historias clínicas de 279 pacientes de entre 11 y 36 años para detectar los denominadores comunes y las diferencias de la anorexia nerviosa entre hombres y mujeres.

He aquí una lista para conocer las consecuencias de la anorexia en hombres, esta lista tiene tanto similitudes como diferencias con el trastorno en las mujeres: 
  • Pérdida de peso
  • Trastornos de la imagen personal
  • Realizan rutinas de ejercicio extenuante
  • Depresión y ansiedad
  • Rituales y obsesiones respecto a la comida
  • Alteraciones de electrolitos y vitaminas
  • Aislamiento e incapacidad para convivir con los demás cuando se involucra a la comida.
  • Adelgazamiento y pérdida del cabello
  • Crecimiento retrasado en niños y adolescentes
  • Fatiga y debilidad muscular
  • Impotencia e infertilidad
Finalmente, es vital buscar ayuda para cualquier persona que padece un trastorno de la alimentación, sin importar el sexo. Los hombres no están exentos de padecerlas, no pase por alto las señales.



domingo, 22 de marzo de 2015

¡Me da miedo el psiquiátrico!


Desde que tengo memoria, siempre he escuchado a las personas hablar sobre el temor que se tiene de entrar a un psiquiátrico. Un día le dije a una amiga: Estoy rotando por psiquiatría y me toca ir al hospital psiquiátrico. Me preguntó: ¿No te da miedo? ¿Miedo de qué?, le dije. Son enfermos que necesitan ayuda, así como una persona que tiene hipertensión o como alguien que sufre un infarto agudo de miocardio (IAM).

No es un secreto saber que no sólo a mi amiga le genera miedo, sino a una gran cantidad de personas. Los psiquiátricos siempre se han visto como algo terrorífico, no sé si será por las películas, por historias vividas o escuchadas; pero la realidad es que la historia de la psiquiatría si ha sido un poco aterradora y los tratamientos usados en el pasados se pueden considerar más una tortura que una cura. 

Para entender de donde viene este miedo irracional a los psiquiátricos, podríamos remontarnos a muchos años atrás. En la edad media, por ejemplo, las personas con un trastorno mental eran tratadas como poseídas por espíritus diabólicos; por lo tanto, el tratamiento consistía en la tortura o la hoguera para “liberar el alma del demonio”. Sin embargo, no hace falta remontarnos tan lejos. En el siglo XIX fue cuando proliferaron los manicomios y en estos sitios ataban a las personas a una silla y lanzaban un chorro de agua helada sobre su cabeza con el objetivo de apartar las ideas fijas o ilusiones que tuvieran. La hidroterapia era el tratamiento más usado en Charenton, un manicomio parisino, que liberaba al paciente de sus falsas ideas y el poder purificador del agua limpiaba supuestamente el cuerpo. También eran sometidos al baño sorpresa, desnudaban al enfermo, le vendaban los ojos y lo sumergían en agua fría por varios minutos. En estos manicomios, no separaban a los enfermos dependiendo del trastorno que padecían; entonces los depresivos que querían estar solos, eran acosados constantemente por los maniacos, agresivos e hiperactivos. A los pacientes violentos los golpeaban y los encerraban. Y como si fuera poco, estos sitios no tenían ventilación, ni servicios sanitarios. Nadie limpiaba las paredes, el suelo o lavaba los orinales. Los vasos y las vajillas también mantenían sucios, y ni que decir de las sabanas, que tras de que no alcanzaban para todos, las que habían tenían agujeros por todos lados. 


En el siglo XX, el Dr. Egas Moniz, primer presidente de la sociedad española de neurocirugía, ganó el premio nobel de medicina por su descubrimiento del valor terapéutico de la lobotomía en la psicosis. ¿Qué es la lobotomía? Es un tratamiento que consiste en cortar un “trozo” de cerebro para separar la conexión entre la corteza prefrontal y el resto del cerebro. Aunque resulte increíble, la lobotomía se basó una única observación en un único caso que ni siquiera era humano, sino un chimpancé. Peor aún, las evaluaciones de las primeras lobotomías las hicieron los mismos médicos que realizaban las operaciones, lo cual fue un método muy poco objetivo que dio como resultado una evaluación demasiado positiva y optimista. Finalmente, unas 50000 personas fueron lobotomizadas, con poco o ningún seguimiento posterior para conocer las consecuencias de la intervención. En 1967 este tratamiento dejo de ser legal.


La esperanza… 

A pesar de todo esto, es importante aceptar que actualmente los enfermos mentales se tratan con humanidad, que gracias a todos los avances tecnológicos se ha podido estudiar y entender la psicopatología de muchos trastornos psiquiátricos y por lo tanto, hoy en día se respetan los derechos de todos los pacientes y se les da una vida digna dentro de los psiquiátricos. Además ahora se cuenta con un grupo interdisciplinario para atender a estos pacientes, desde médicos psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, laboratorios especializados, neurólogos, internistas, etc. Ahora los tratamientos están basados en investigaciones y estudios. Cada trastorno mental tiene su nombre, sus signos, sus síntomas, su aparición y su desarrollo; llevando a un diagnóstico y a un tratamiento más acertado para el beneficio del paciente y su entorno. 

Ya es hora de dejar de pensar en aquellas películas de terror y centrarnos más en la humanidad de todas estas personas y de sus familias que están desesperadas buscando ayuda y esperando que traten a sus seres queridos como los seres humanos que son y este trabajo no sólo hace parte de los médicos, sino de toda la población en general.