domingo, 29 de marzo de 2015

¿Realmente tengo una fobia?

¡Las fobias! Muy conocidas por la población general, aquellos famosos miedos a algo, puede ser a las arañas (aracnofobia), a viajar en aviones (aerofobia), a los espacios cerrados (claustrofobia), incluso a las situaciones sociales (fobia social). Pero, ¿en realidad sabemos lo suficiente de ellas? Muchas veces se usa la palabra “Fobia” como lenguaje cotidiano, “le tengo fobia a las cucarachas” “le tengo fobia a las alturas”; al parecer si tenemos una idea general de lo que es una fobia; sin embargo, aquí vamos a entender de forma clara todo lo relacionado con este tema.



Las fobias no son un trastorno extraño, de hecho, es muy común; siendo las mujeres las que tienen una mayor incidencia. Aunque no lo crean, una fobia es un trastorno psiquiátrico, y a pesar de no considerarse grave, si pueden generar una repercusión negativa en la vida diaria. Como todo diagnóstico mental, se encuentra en el DSM-V y se define como “un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos”. Pertenece a los Trastornos de ansiedad y se clasifica en: 
  • Fobias específicas: Ansiedad excesiva a ciertos objetos 
    • Tipo animal: Ansiedad hacia animales o insectos.
    • Ambiental: Ansiedad hacia situaciones propias del entorno natural o fenómenos climáticos.
    • Sangre-inyecciones-daño: Ansiedad hacia la sangre, inyecciones o cirugía.
    • Situacional: Ansiedad hacia situaciones como viajar en avión o estar en un lugar cerrado
    • Otros
  • Fobias sociales: Temor o ansiedad extrema en situaciones sociales como hablar con desconocidos o estar con mucha gente. 
La fobia específica es la más común y por lo tanto, nos vamos a enfocar en ese tipo de fobia. Para considerar que alguien tiene una fobia específica tiene que cumplir los siguientes criterios diagnósticos propuestos por el DSM-V:

A. Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (p. ej., volar, alturas, animales, administración de una inyección, ver sangre).

B. El objeto o la situación fóbica casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.

C. El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o ansiedad intensa.

D. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantea el objeto o situación específica y al contexto sociocultural.

E. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.

F. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

G. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental.

¿Causas?

Las causas de las fobias no siempre están claras y en ocasiones puede no existir una única causa para explicarlas. Muchas fobias pueden tener su origen en la infancia, la persona pudo experimentar un suceso traumático y después asociarlo como el objeto que genera temor. Todos los niños experimentan miedos y temores infantiles adaptativos que van remitiendo con el paso del tiempo, pero lo que ocurre en las fobias es que estos miedos se mantienen e incluso incrementan. Esta asociación es directa cuando el elemento fóbico causa el temor en la persona a consecuencia de un suceso (por ejemplo, un niño es mordido por un perro y tras ese hecho, desarrolla la fobia a los perros); y es indirecta cuando la persona tras un suceso traumático con un elemento concreto, lo desplaza a otros. Los factores genéticos y ambientales también pueden favorecer la aparición de la fobia.

¿Tratamiento?

Una fobia no suele desaparecer por sí sola, por eso es importante buscar ayuda. Existen diversos tratamientos entre los cuales están: 
  • Psicoterapia: Este tratamiento consiste en hacer que el paciente comprenda las causas de su fobia y adquiera técnicas para reducir la ansiedad ante el estímulo fóbico. Estas técnicas son de relajación y respiración.
  • Terapias conductuales: Usa la técnica de exposición que trata que la persona se vaya enfrontando de manera gradual y progresiva, al estímulo fóbico. De esta manera, se intenta que se vaya ejerciendo control sobre la ansiedad. También usa la técnica de la desensibilización sistemática, que consiste primero en ir exponiendo a la persona, de forma imaginaria, a los estímulos que producen la fobia, hasta que su nivel de ansiedad se reduce; posteriormente, se realiza el mismo ejercicio ante situaciones reales. Ambas técnicas necesitan de un listado de temores y una jerarquía de escenas ansiógenas de menor a mayor intensidad para poder comenzar a trabajar la fobia desde los elementos menos temidos hasta los que mayor nivel de ansiedad generan.
  • Terapia cognitiva: Busca información sobre el estímulo temido y se intentan detectar los pensamientos que interfieren y afectan sobre él para poder así modificarlos por otros.
  • Tratamiento farmacológico: Nunca debe ser el único tratamiento y debe complementarse con la terapia.
¿Realmente tengo una fobia?

Para saberlo no sólo tengo que conocer los criterios para diagnosticarla, sino que también tengo que saber la diferencia entre fobia y miedo. Una fobia es una exageración de una experiencia que es común para las demás personas. El miedo es una emoción básica, necesaria para mantenernos vivos, puesto que nos alerta para protegernos de situaciones de peligro real o imaginario (por ejemplo, al ver una película de terror); a diferencia de la fobia, que hace referencia a un “hipotético” peligro interno, irracional, intenso e incontrolable, que no protege, sino que limita.

Por lo tanto, el miedo se trata de una emoción indispensable para la supervivencia; en cambio, las fobias son un trastorno que no tiene ninguna ventaja, sino que genera muchos daños. En ocasiones puede ser difícil diferenciar un miedo de una fobia pero la mayor diferencia radica en que ésta última es irracional, incontrolable y limitante.

2 comentarios:

  1. Me gustó. Me parece que en la parte de psicoterapia y la de terapias conductuales tienes cosas que se repiten. Pero en general es una lectura sencilla e informativa.

    Una duda: de verdad existe la hipopotomostrosesquipedalofobia (fobia a las palabras largas), y de verdad se llama así? jaja.

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  2. Todos vivimos el día a día con ciertos miedos que por más que sean intensos no interfieren con nuestra vida, es interesante ver cuando estos miedos trascienden y se vuelven patológicos. breve e interesante la lectura.

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